Es preocupante la situación que atraviesan los productores de trigo en nuestro
país, en su momento advertí que en el actual contexto de baja de precios
internacionales y suba de costos, la intervención oficial en el mercado
llevará a que muchos productores de trigo no puedan siquiera recuperar lo que
han invertido para sembrar.
Los productores
han invertido más de 5.200 millones de pesos en esta campaña de trigo, pero si
el Gobierno continúa con estas restricciones, no
lo van a poder vender cuando este cosechado. Lo que influirá negativamente en la intención de siembra
para la próxima campaña, lo más contradictorio es que sucede en un marco donde
las políticas de intervención no han implicado menores costos al consumidor
final de los productos derivados del Trigo. Y además, el Gobierno improvisa medidas desesperadas para que no
se fuguen divisas. La venta de trigo y de maíz, podría contribuir a
afianzar el ingreso de divisas.
Boudou y Moreno |
Hay
más de 5.000.000 de toneladas de maíz y más de 3.000.000 de toneladas de
trigo de la campaña pasada. Tomando el precio actual de 280 y 246 u$s/tn
respectivamente, el país recibiría
U$S 2.138.000.000 y, por retenciones, la sedienta caja K percibiría casi U$S 450.000.000 sólo por ese concepto,
los que seguramente podrían haberse destinado al programa Fútbol para Todos o
algo similar. Mayor hubiera sido el
ingreso si se hubiera exportado en tiempo y forma. Pero nuestro ministro de Economía estaba tocando con La
Mancha de Rolando.
Si las señales
hubieran sido las correctas, podríamos haber colocado buena parte de esa
producción a mejores precios aún, por caso U$S330/tn de Maíz y U$S350/tn de
Trigo tomando los precios de Junio y Marzo, respectivamente, lo que hubiera
arrojado un ingreso de divisas para nuestro país de U$S 2.700.000.000
y más de U$S 571.000.000 en concepto de retenciones. La venta de esta
producción, aunque ya no sea a aquellos mejores precios, sigue al alcance de la
mano y con una decisión puntual contribuiría a paliar los problemas cambiarios,
además de volcar recursos a las comunidades rurales y dar mayores ingresos a los
productores, lo que aumentaría la recaudación de impuestos a las Ganancias y a
los Ingresos Brutos donde la actividad está exenta.
Es de hacer notar
que en la zona sur de Buenos Aires el rinde de indiferencia asciende
actualmente a 61 qq/Ha, correspondiente a un campo arrendado para trigo, frente
a un rinde promedio zonal de 34 qq/ha. En el NOA las cuentas son más
desfavorables aún, debido a una menor productividad zonal, a la mayor distancia
al puerto y a la necesidad imperiosa de contar con trigo como cultivo esencial
para la rotación y sostenibilidad del sistema.
Es lamentable que
un Gobierno que dice defender la mesa de los argentinos no intervenga de manera
virtuosa en pos de una mayor producción para la próxima campaña y un mayor
ingreso de divisas para el país. Como dice nuestra Presidenta, esperemos
que no boicoteen”.
El FAS teórico oficial del trigo son 175 u$s/tn,
contra 135 que se ofrecen para la época de cosecha en el Mercado a
Término. Además, en muchos momentos del año no hubo mercado y esto
afectó los resultados de las empresas, el estado de ánimo de los productores y
la posibilidad de ir cerrando operaciones a futuro o con mercadería
disponible en momentos de mejores precios.
El productor
no encuentra manera de salir de este laberinto si la política actual
persiste con sus efectos nocivos”, según fuentes oficiales, hay más
de dos millones de toneladas de trigo de la campaña 2010/ 1011 que no
serán necesarias para abastecer el consumo interno. Asimismo, ese trigo
almacenado en silo bolsas muchas veces de manera no planificada pierde
calidad día a día al no poder venderse por los canales normales de
comercialización.
Por otra parte, en el
noroeste argentino hay sólo seis molinos para toda la producción de Tucumán,
Salta y Santiago del Estero, varios de ellos con baja a muy baja
capacidad de molienda, todos fuertemente stockeados. El resultado es que el
productor recibe 80 U$S/tn, ya que le descuentan del precio. Todo esto, a
pesar de que no existe el famoso flete de la Confederación Argentina del
Transporte Automotor de Carga (CATAC) de 300$/tn (un curro bárbaro) y
la redistribución.
El efecto de la
intervención oficial en el mercado va más allá de la economía de los
productores. Afecta
a toda la cadena comercial (contratistas de siembra y cosecha,
semilleros, vendedores de agroquímicos y transportistas, entre otros) y también tiene
un impacto negativo en la macroeconomía, en las rotaciones y en la
sostenibilidad de la agricultura. El consumo interno se abastece
cómodamente con la producción local, sin avizorarse ningún problema de
abastecimiento.
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