En mi carácter de diputado
nacional, debe preocuparme todo tema que haga a mi cometido; no tan solo en el
distrito del cual provengo que es la provincia de Tucumán sino también allí donde
haya una injusticia o una necesidad.
Ante el inminente vencimiento de
la cuota del Impuesto Inmobiliario Rural bonaerense en medio de la tragedia de
las inundaciones, reclamo a los Gobiernos nacional y provincia de Bs. As. a que
dejen de hacerse los distraídos y
concreten la declaración de la emergencia para los partidos afectados por
el exceso de agua, que alcanza una superficie de entre 8 y 10
millones de hectáreas según Carbap.
Hay miles de pobladores urbanos y
rurales del interior de Buenos Aires afectados por el agua y Cristina y Scioli
están más preocupados por el 8N o el avance sobre Clarín que sobre el bienestar
de estas personas. El 13 de noviembre hay un vencimiento del Impuestazo Rural
que muchos no pueden pagar porque están literalmente con el agua al cuello y a
nadie le importa. Por ello le pedí por carta al presidente de la Comisión de
Agricultura, Luis Basterra, que se trate rápidamente el tema de las emergencias
provinciales en dicha comisión.
La situación para el campo es
preocupante, y no sólo en Buenos Aires, porque el exceso de agua está
amenazando el éxito de la cosecha gruesa. Según CREA, desde el 25 de octubre en
adelante cualquier retraso en la siembra de la soja (ocasionada por la
inundación) genera perdidas persistentes de rinde promedio y máximo. Las
pérdidas por día de atraso en la siembra oscilan entre los 28 y los 16 kilos de
rendimiento por día, siendo peores las caídas en los mejores ambientes
Esta no es la primera vez que reclamo
la declaración de la emergencia. A principios de año hice varias gestiones para
la declaración de la emergencia en las provincias afectadas por la sequía del
verano, y ya realicé dos pedidos por las inundaciones registradas en el mes pasado,
que afectaron a Bolívar, Carlos Casares, Monte, Hipólito Yrigoyen,
Lincoln, 9 de Julio, Olavarría, Rivadavia, Púan, Bahía Blanca, Coronel Rosales,
Pehuajó, General Viamonte, Tejedor, Villarino, Patagones, General Villegas y
General Alvear.
Además reclamé en varias
ocasiones que se dé un uso adecuado al Fondo de Infraestructura Hídrica, que
recaudó 7216 millones de pesos desde 2002, pero que no se está destinando a
obras de infraestructura tendientes a frenar los desbordes de agua. De
los 4 millones de este fondo invertidos en centros urbanos en 2006, se pasó a
derivar 250 millones en 2007, un año electoral, para centros urbanos. En 2009,
otro año electoral, se derivaron 440 millones a centros como La Matanza,
Florencio Varela y Quilmes. No está mal que se hagan obras en el conurbano,
pero el objetivo claro del Fondo Hídrico es hacer obras para prevenir desastres
como el ocurrido este año en la provincia de Buenos Aires. El Fondo Hídrico
debe ser para prevenir inundaciones, no para fines electorales.
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