Presenté ayer tarde una
propuesta de ley de semillas orientada a proteger los avances biotecnológicos y
el mejoramiento tradicional y regular el uso propio sin afectar los derechos de
los pequeños productores.
Con esto pretendo proteger
la biotecnología en una concepción integral de la misma, comprendiendo tanto a
los nuevos eventos transgénicos como a los frutos del mejoramiento tradicional
que hasta el momento no tenían un marco de protección adecuado.
Además, propongo un
concepto de uso propio que permite a los productores eximirse de pagar derechos
al obtentor por las primeras 300 hectáreas de soja o trigo en los primeros
cuatro años desde la compra de la semilla. Por arriba de las 300 hectáreas y a
partir del quinto año de la compra deben pagarse los derechos. Creemos que este
esquema representa un equilibrio adecuado entre los derechos de los productores
y la protección de la investigación y la propiedad intelectual.
Busco generar un marco
adecuado para que las empresas argentinas que desarrollan genética sigan
creciendo y para que las empresas multinacionales nos traigan los últimos
adelantos, de manera que la producción argentina siga avanzando.
Hasta el momento, el
sector privado, los productores y el Gobierno no llegaron a un acuerdo exitoso
en torno a una posible regulación del uso de las semillas, creo que esta
propuesta de ley es una solución intermedia que equilibra armónicamente las
demandas de todas las partes y que puede ser la solución definitiva a esta
cuestión que viene sin resolverse desde hace un lustro.
También mi proyecto
establece cambios en la composición de la Comisión Nacional de Semillas (Conase)
y le da carácter vinculante a las resoluciones de este organismo.
Texto completo del "Proyecto de Ley de Semillas" (haz clic sobre el enlace)
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