Todos los oficialistas hablan de la nueva reforma, y hacen alusión únicamente al sistema electoral y la reelección de su jefe, José Alperovich. No he escuchado a nadie de ellos que se manifieste en cuanto a políticas concretas sobre salud, educación, seguridad, a legislar para lograr una verdadera autarquía e independencia municipal, de cómo instalar o al menos esbozar el modelo de un aparato productivo consolidado y duradero en el tiempo, y otras temáticas que debieran ser prioridad para el gobierno. Y no el pensar como seguir usufructuando las mieles del poder.
Pretenden reformar todo para que todo siga igual; o casi todo, el modificar las reglas electorales si se debe para permitirles perpetuarse en sus cargos, seguir aferrados a sus morrales. Hablan de la opinión de la gente cuando la tienen cautiva de la dadiva, cuando han convertido a los planes o programas de asistencia no en una herramienta social para paliar situaciones de crisis sino en instrumento electoral.
La oposición, el ACUERDO CIVICO y SOCIAL en general y el radicalismo en particular; no tenemos miedo por nuestra suerte sino nos preocupamos por Tucumán y la sociedad toda. Cuando el gobierno no tiene cordura y actúa con una soberbia sin límites; El Acuerdo y los radicales aportaran la cuota de coherencia y responsabilidad. Que los genuflexos no hablen de miedo cuando hacen de todo como perro faldero para congraciarse con su amo.
Juan Casañas
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